martes, diciembre 15, 2015

Reflexiones y propuestas desde el sector salud para contribuir con el triunfo en la guerra económica y de cuarta generación que vive el país



Nosotros, militantes socialistas, bolivarianos y chavistas de la salud colectiva, el buen vivir y  la medicina social, vinculados a la gestión en salud  desde diferentes espacios de gobierno, académicos  y comunitarios, queremos hacer unas breves reflexiones y unas propuestas concretas que estimamos sean tomadas en cuenta en el análisis  por los altos decisores del Gobierno Bolivariano,  los Delegados y Delegadas del PSUV y el Gran Polo Patriótico y las autoridades de salud que se designen en los próximos días.
La Guerra Económica y de Cuarta Generación y su relación con  la salud.
Uno de los aspectos fundamentales de la guerra económica contra nuestra población ha sido el desabastecimientos de insumos básicos relacionados con la salud y el pleno goce de los derechos sociales del pueblo; la dificultad para acceder a artículos de higiene personal como papel higiénico, jabón de baño y de lavar ropa, champú, toallas sanitarias, preservativos,
pastillas anticonceptivas y otros mecanismos para evitar embarazos, pañales desechables para niños y adultos entre otros; aunado al desabastecimiento en medicamentos e insumos médicos de uso  frecuente (analgésicos, antipiréticos, antidiarreicos,  fórmulas lácteas especiales, antihipertensivos, antidiabéticos, antiasmáticos) como los de enfermedades más complejas (antibióticos, esteroides, hormonas, material quirúrgico para hemodinamia y otros procedimientos especiales) y los de enfermedades catastróficas( tratamientos contra el cáncer, la insuficiencia renal, enfermedades raras o de baja prevalencia) ,  hizo que en prácticamente todas las familias venezolanas  ocurriera durante el 2015 al menos una situación de emergencia, de necesidad urgente de alguno de estos productos que ocasionó una sensación de desespero, desamparo, impotencia y falta de gobierno que fue muy bien dirigido y aprovechado  por los artífices de la guerra y ejecutado por sus lacayos nacionales. Ante esta situación debemos reconocer que la respuesta gubernamental no fue suficiente, a pesar de los esfuerzos que sabemos se hicieron (cierre de fronteras, comisos varios, compras internacionales, adquisición a través de convenios con países hermanos, entre otras), no se ha podido  resolver esta situación, estos productos siguen escasos. Esta parte de la guerra fue dirigida a la población más vulnerable, niños, niñas y adolescentes, adultos  y adultas mayores con enfermedades y a la figura que históricamente se encarga del cuidado de la familia, la mujer venezolana.

Desde las dependencias públicas de salud (MPPS, IVSS, IPASME, Sanidad Militar, PDVSA) y los encargados de las compras internacionales (CENCOEX, CORPOVEX), ya que la mayoría de estos productos son importados y los que se producen en el país requieren principios activos o componentes importados, no hubo la coordinación requerida para definir las prioridades, que es lo que se debe comprar, con que urgencia y en qué cantidades, tampoco ha existido una adecuada coordinación para agilizar los mecanismos de ingreso al país, nacionalización y distribución de los productos por toda la red pública y privada para que estuviese accesible a la población. Muchas veces escuchamos respuestas no oficiales que decían que el problema es que no hay divisas…, aunque reconocemos que efectivamente hay un problema serio de flujo de divisas producto de la caída abrupta de los precios del petróleo (parte fundamental de la guerra económica), no podemos entender que existan divisas para la compra de licores importados de todo tipo, de pinos naturales y otros productos no prioritarios y no tengamos divisas para insumos de salud…
Otro elemento fundamental vinculado al sector salud, ya no como consecuencia de la guerra económica, sino como parte de arsenal de guerra que tenemos desde la revolución en el sector salud y que no hemos sabido  aprovechar, es la presencia masiva de médicos y médicas integrales comunitarias (MICs), enfermeros y enfermeras y otros profesionales y  técnicos bolivarianos que se han formado en revolución, los comités de salud existentes y la red nacional de establecimientos de salud. Prácticamente en todos los rincones del país hay un consultorio popular de barrio adentro o una base de misiones, en ellos hay médicos y enfermeras comprometidos con la revolución (con sus excepciones)  con comunidades organizadas a su alrededor donde hacen vida uno o varios consejos comunales y sus comités de salud. Estos médicos, enfermeras y comunidades organizadas, preparadas para la atención integral a nivel comunal, están permanentemente pidiendo lineamientos políticos de las instituciones públicas de salud y la respuesta en muchos casos ha sido el cuestionamiento de su calidad académica y el cierre de oportunidades para participar en la toma de decisiones, al extremo que en algunos centros del MPPS y el IVSS prohíben la presencia de MICs y de comités de salud o de contraloría social, o les dificultan la asistencia a actividades políticas.
Vinculado al punto anterior, otro aspecto importante desde el sector salud es la poca claridad, formación política y afinidad  con la revolución  de muchos directores y directoras de este sector. Si bien es cierto que para dirigir adecuadamente un centro de salud  no es necesaria la afinidad política, esto se hace indispensable en momentos de guerra como el que vivimos, nadie es apolítico, como suelen decir estos funcionarios, sus afinidades y convicciones en lo político se reflejan en sus acciones cotidianas, si los directores no creen en el socialismo,  en la salud como derecho social fundamental, responsabilidad del estado, de acceso universal y gratuito,  que no puede ser privatizada, en la creación del Sistema Público Nacional de Salud, y por el contrario están convencidos que la mejor opción es volver al pasado, entonces sus acciones aunque sean técnicamente correctas, empujan la gestión hacia el lado contrario, el personal de confianza que seleccionan tendrá su mismo perfil y en una contingencia social y política seguramente develarán sus verdaderas afinidades políticas. En muchas direcciones del sector salud se celebró el triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias, aunque muchos de estos directores estuvieron en algún lista del 1 por 10 y  asistieron por compromiso al cierre de campaña del GPP…
Otro elemento fundamental en este análisis es el fraccionamiento, dispersión y desarticulación que a 17 años de revolución persiste en el sector salud, multiplicidad de entes prestadores públicos de servicios de salud que trabajan en forma poco coordinada, persistencia de la descentralización en la salud que se inició en la década de los 90  y que mantiene a 15 entidades regionales con autonomía en salud, develan la poca gobernabilidad que hay en el sector y son parte de la explicación de la ineficacia e ineficiencia en la implementación de las políticas de salud y las dificultades en la consolidación del Sistema Público Nacional de Salud (SPNS).
Los intereses del complejo médico industrial con todos sus recursos financieros y campañas mediáticas y las ineficiencias persistentes en el sector público, han reforzado en el imaginario colectivo que la solución es la atención individual en el sistema privado de salud, los y las trabajadoras del sector público, cerca de 2 millones y medio de personas y sus núcleos familiares, con los que el número se acerca a 10 millones,  están amparados por pólizas privadas de salud, las llamadas HCM y defienden esto como una conquista laboral irrenunciable, hoy se estima que el Estado venezolano invierte más recursos en mantener la atención en el sector privado para este grupo que lo que invierte en atender a toda la población el sector público de salud. Este es uno de los factores que más atenta contra la creación y fortalecimiento del SPNS.
Algunas recomendaciones para el Alto Gobierno y las autoridades de salud
En primer lugar debe haber un pronunciamiento contundente del Alto Gobierno y la Asamblea de Delegadas y Delegados del PSUV y demás organizaciones el Gran Polo Patriótico, en relación con el compromiso real y la voluntad política para la creación y consolidación del SPNS tal como lo establece la CRBV, la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social y el Plan de la Patria, legado de nuestro Comandante eterno Hugo Chávez.
Es indispensable que la nueva ministra o ministro de salud tenga comunicación directa y periódica con el  Alto Gobierno, Presidente, Vicepresidente Ejecutivo, Vicepresidencia del Área Social; las políticas y acciones de salud deben estar en consonancia directa con las nacionales y deben ser comunicadas y compartidas.
Igualmente debe haber una nueva dinámica de comunicación entre el Gobierno y el Partido y entre el Gobierno y las Comunidades Organizadas, Consejos Comunales, Comunas, Consejos de Trabajadores, Sindicatos, deben existir espacios permanentes de comunicación y participación efectiva con el Partido, con los Trabajadores y Trabajadoras Organizadas y con las Comunidades Organizadas. Es importante hablar con claridad y honestidad, cuando se entrega una obra o se inicia la prestación de un servicio, el mismo debe ser real y sostenible,  los potes de humo y los inventos le han hecho mucho daño a la revolución.
Los equipos de trabajo de las nuevas autoridades de salud deben ser funcionarios y funcionarias de comprobada solidez técnica, política y ética, debemos dejar atrás el compadrazgo y el nepotismo a la hora de designar los cargos de dirección, estamos convencidos que tenemos suficientes cuadros con estas características en todos los estados. Así mismo creemos importante que superemos la designación de superfuncionarios, es decir un mismo director o directora con 2,3, 4 y hasta 5 cargos diferentes en forma simultánea, con seguridad va a fallar en más  de uno, o en todos, por más eficiente que sea.
No se debe caer en el error de comenzar de cero, reinventar la rueda, ya la revolución ha generado los lineamientos políticos generales contenidos en la Constitución y las Leyes, particularmente el Plan de la Patria y estos se han llevado a planes concretos como el Plan Nacional de Salud, ampliamente discutido y avalado por todos los sectores de salud en el 2014 y 2015. Sugerimos partir de lo ya  trabajado, luego incorporar y cambiar lo que se considere necesario según la dinámica del país.
Consideramos que se debe reimpulsar el Estado Mayor de Salud como instancia de integración de los diferentes prestadores de servicios de salud a nivel nacional y estadal y de discusión, seguimiento y control de las políticas y programas de salud.
Es necesario fortalecer los mecanismos de Control y Seguimiento de la Gestión, tanto por las propias instituciones como por parte del Partido, los Trabajadores y las Comunidades Organizadas.
Dentro de los avances y logros de la revolución en salud, algunos de los aspectos que están particularmente en riesgo con la nueva composición de la Asamblea Nacional son Barrio Adentro, el Convenio Cuba Venezuela y el Plan de Formación de Profesionales y Técnicos de la Salud, especialmente  el programa de Medicina Integral Comunitaria. Esto indica que se deben revisar, fortalecer y blindar estas políticas, que además tienen muy buena aceptación en el pueblo en general, no solamente el chavista. Corregir lo que se tenga que corregir y fortalecer lo que se tenga que fortalecer.
Dentro de los aspectos contenidos en el Plan Nacional de Salud, debemos destacar la necesidad de priorizar las siguientes políticas:
        Consolidar la Rectoría Pública de Salud en manos del MPPS, su carácter regulador, las bases legales y su conducción estratégica.
        Iniciar la Integración funcional progresiva y en red de todos los prestadores públicos de salud, bajo la coordinación inicial del MPPS y los Estados Mayores de Salud de cada Estado.
        Establecer una nueva Organización del Sistema Público Nacional de Salud, que incluya la participación activa y protagónica del poder popular organizado en todos los espacios, una nueva Clasificación de Establecimientos de Salud única para todo el sector público, el  fortalecimiento de Barrio Adentro, la consolidación de las Redes Integradas de Salud,  tomando como base las Áreas de Salud Integral Comunitaria(ASIC).
        Garantizar el financiamiento público del sistema de salud, administrado por el Estado, solidario, progresivo, integrado; que responda a las prioridades sanitarias y se distribuya con equidad en función de los proyectos; con la participación vinculante del poder popular.
        Desarrollo de una Red de Hospitales que forme parte de la red integrada de salud, con un plan maestro, colectivos de dirección, vinculada a protocolos de atención de pacientes, protocolos de distribución de insumos y medicamentos con un sistema de mantenimiento de equipos, instalaciones e infraestructura, acorde al nivel de complejidad
    Garantizar el derecho a la salud y el  buen vivir  a las  personas  con discapacidad, población indígena y en pobreza extrema
    Promoción, conservación y atención del medio ambiente: saneamiento ambiental, calidad del  agua, control de vectores, disposición de residuos sólidos urbanos y residuos peligrosos del sector salud.
     Desarrollo de Programas y Proyectos en Prevención y Atención específica para las principales causas de morbimortalidad transversalizados por  género, ciclo de vida, etnia y territorio social: Mortalidad Infantil, Mortalidad Materna, Violencia, Adicciones, Accidentes, Embarazos en Adolescentes, Enfermedades Inmunoprevenibles, Cardiovasculares, Cerebrovasculares, HTA, Cáncer, VIH, Diabetes
      Fortalecer la formación y capacitación de trabajadores y trabajadoras de la salud en áreas críticas y estratégicas requeridas para y por el Sistema Público Nacional de Salud, que  respondan a las necesidades de atención y servicios de la población. Fortalecer el programa de formación de Medicina Integral Comunitaria y consolidar la creación de la Universidad de Ciencias de la Salud. Plan para minimizar la fuga de talento humano en salud.
    Coordinación con todos los entes prestadores públicos de salud para unificar la adquisición de medicamentos y otros insumos para la salud en base al consumo y necesidades reales de la población, con base en los protocolos de diagnóstico y tratamiento consensuados.
     Coordinación y agilización de la cadena de distribución y almacenamiento de los insumos para la salud desde su llegada al puerto o aeropuerto, o la salida de la fábrica nacional, hasta su almacenamiento en los centros de salud y entrega oportuna a los usuarios.
        Consolidación de la capacidad soberana e independencia científica y tecnológica para producir y garantizar los medicamentos, insumos y equipos para la salud.
     Promover el fortalecimiento de Instancias del Poder Popular y su articulación en el Sistema de Agregación Comunal, para la garantía del derecho a la salud mediante la legítima gestión obediencial  del Sistema Público Nacional de Salud
    Impulsar la participación protagónica del Sistema de Agregación Comunal y sus instancias relacionadas con la salud, en la contraloría, cogestión y autogestión, de la promoción integral de la salud.

De estas políticas contenidas y desarrolladas  en el Plan Nacional de Salud se debe trabajar con urgencia en el inicio de la nueva gestión en salud en las relacionadas con:

1.     Organización del SPNS a partir de Barrio Adentro y las Áreas de Salud Integral Comunitaria
2.     Participación activa y protagónica del poder popular y  los trabajadores y trabajadoras de las salud
3.     Fortalecimiento de las Redes Integradas de Salud, red de atención comunal, red de atención ambulatoria especializada, red de hospitales y red de emergencias, con todos sus establecimientos de salud.
4.     Fabricación, adquisición y distribución  de Insumos para la salud
5.     Formación de profesionales u técnicos de la salud según necesidades reales de la población y el SPNS


Colectivo Bolivariano Socialista de la Salud por la Vida y el Buen Vivir

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