Las antropólogas detectaron básicamente problemas de traducción, pero que no se limitaban a una cuestión lexical. “El idioma no es solamente la lengua, sino también cómo te movés, el énfasis que ponés”, aclara Mabel.
La tarea de acompañar a las mujeres en la primera etapa del embarazo y la de observar las interacciones con los profesionales de la salud (médicos, enfermeras y consejeras genéticas) les permitió a las antropólogas revelar diferentes elementos comunicacionales que conspiraban contra la posibilidad de que las mujeres pudieran hacer uso del test.
El trabajo de los facilitadores interculturales, ha sido el de traductor, entre muchas otras, facilitando el entendimiento entre el personal de salud y el paciente y sus familiares. No sólo traducir la lengua, sino plasmar la inquietud del enfermo, la inquietud de la familia, que no queden vacíos en la relación de salud, esas que a veces hacen tanto daño.
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