En esta época de pandemia con la influenza AH1N1 se ha recomendado reiteradamente que las y los indígenas son vulnerables. No sólo por tener un sistema inmunológico poco acostumbrado a estos gérmenes, sino por las morbilidades coexistentes en ellos y ellas: tuberculosis, malaria, desnutrición, etc. Como medida preventiva se recomendó que se evitaran las movilizaciones, especialmente en los grupos más débiles, como lo son los
yanomami, entre otros. Recientemente, violando esta recomendación, se realizó una concentración en el Estado Amazonas y se produjo un brote de casos con características sospechosas: fiebre, tos, disnea. Ocurrieron algunas muertes y muchos otros y otras se infectaron conociendo lo rápido que ocurren las infecciones virales. Desde el nivel central se activó el cerco epidemiológico inmediatamente. Un equipo se trasladó a hacer la experticia en los
shaponos, con asesoría y el trabajo presencial de la Dirección de Salud Indígena, se realizó el abordaje epidemiológico, toma de muestras y dotación de tratamiento curativo a los contactos y afectados con la contención del proceso, sin más muertes que lamentar.
Ya, desde ayer, aparecen las reseñas en la prensa. Se pronuncian instancias oficiales, organizaciones como Survivor, quienes resaltan lo impactante que esto resulta. Lo que si puedo atestiguar es que desde el primer asomo de sospecha se activaron las alarmas y se hizo el trabajo. Inclusive, podemos decir que los casos no pasaron a mayores debido a estas acciones. Pero, esto es sólo una arista. Debemos recalcar e insistir en la prevención y en dejar por sentado la vulnerabilidad de los grupos indígenas, cualquiera que este sea. Están más en desventaja que cualquiera de nosotros, los criollos.
Esta situación nos puede generar muchas moralejas. Una es que, en estas eventualidades, más perturban los protagonismos que lo que realmente aportan. Otra es que nada funciona si no hay verdadero trabajo en equipo. Cuando cada quien sabe lo que tiene que hacer en el momento justo, todo sale bien. Y, finalmente, todas y cada una de las muertes ocurridas por causa de la influenza son importantes, así sean “esos” yanomamis que están por allá en la selva.
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