De manera sigilosa, discreta, casi clandestina, Anastasia recibe cada mes la visita de Sofía, partera cercana a la comunidad ubicada en la Mixteca oaxaqueña. Como quienes cometen algo ilícito, las mujeres se ocultan de la mirada de las autoridades municipales pues en ésta y otras zonas indígenas y rurales de Oaxaca, recurrir a las parteras implica quedar fuera del programa Oportunidades.
Martha Castañeda, integrante del Centro para el Derecho de la Mujer "Naxwin", señaló que condicionar los programas sociales con la prohibición de la atención con parteras constituye una violación a los derechos de los pueblos indígenas porque las mujeres “tienen que negar su cultura para poder tener acceso a servicios de salud”.
La especialista en temas de género, indicó que el argumento de las autoridades en este condicionamiento es que la atención con parteras culmina en muerte materna. “Eso no está comprobado porque también hay muerte materna en la atención institucional”, sostuvo.
Cristina Galante, coordinadora de Proyectos de la Organización Nueve Lunas, indicó que para tratar de disminuir el número de muertes maternas en la entidad, el sector salud también canceló la atención a mujeres embarazadas en el primer nivel, sin tomar en cuenta que muchas de las comunidades se encuentran hasta dos o tres horas de distancia de un hospital regional.
“Si antes morían mas en la casa o el camino se ha buscado la hospitalización generalizada en todos los partos pensando que eso impactaría en la reducción de muertes maternas, pero lo que ha sucedido es que las mujeres ahora se mueren en los hospitales porque no se tiene infraestructura, personal, recursos, equipo ni medicamentos suficientes”, declaró.
Las muertes maternas es muy mal indicador de cómo nada la salud pública de un país. Se deben buscar todas las herramientas necesarias para humanizar la atención del parto y disminuir la mortalidad. Criminalizar a las parteras o comadronas es una muy mala estrategia, especialmente en zonas rurales, donde la carencia de servicios de salud es el denominador común.
Cuando en nuestro país, esto es algo que poco se ha dicho, comenzó la misión Barrio Adentro para impulsar la atención primaria en las barriadas y comunidades, el gran punto flaco que tuvo fue, precisamente, la atención de la embarazada. Los CDI tenían esa gran falla, tantas veces notificada de manera subterránea. Los médicos, especialmente en poblaciones indígenas, poco iban a monitorizar a las gestantes en sus casas. Ese trabajo quedó para las comadrones de manera extraoficial. Para tratar de disminuir esa brecha se comenzó un censo de comadronas y posterior formación y dotación de insumos. Era una visión intercultural: fortalecerlas y unirlas al trabajo con el médico. Es el deber ser. Los gobiernos y nosotros mismos no vamos a poder darles a la gente un médico en cada esquina. Pero hacer oídos sordos al saber ancestral es negarse a la humanidad.
Fuente: Noticias.net
http://www.noticiasnet.mx/portal/oaxaca/169072-parto-tradicional-entre-necesidad-crimen
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