viernes, enero 28, 2011

Ya nada es igual...

Esta es una transcripción de un post que deja el tawala Enrique, que refleja en gran parte el sentir de varios compañeros y compañeras que llevan el trabajo intercultural en las venas y en las arterias. Enrique realizó un excelente trabajo en la DSA, entre los cuales resaltó la intensa y excelente actividad en el Proyecto Cacique Nigale. Me quedo corto para hablar de ese trabajo, donde cargó, literalmente, en sus brazos ese hijo. Da la impresión de que los que no están “alineados” con el nuevo “modelo” de gerencia, son sacados de circulación. Un modelo caracterizado por el fascismo: “Si no están conmigo están contra mí”. Él tuvo una vivencia valiosa y ahora surca otros caminos, donde reconocieron del material de que está hecho.
Una gestión no puede basar su trabajo en perseguir la gestión anterior, quien hace eso es un mediocre sin iniciativa propia. Debe sembrar y cosechar y sumar, no dividir ni restar.

“Ya nada es igual a antes cuando a diario despertaba lejos de mi familia pero alegre, feliz y con emoción porque era un nuevo día de enseñanzas y aprendizajes, era encontrar siempre la respuesta a cada pregunta que tenia…. Mi espacio de trabajo lo convertí en un salón de clases y mi escritorio fue mi pupitre, allí recibí cada una de las lecciones más importantes en la formación de mi carrera, allí una mujer me enseñó el verdadero significado de ser un Wayuu, con ella crecí durante cuatro años… No olvidaré jamás a quien lejos de mi tierra me brindó la oportunidad de demostrar cuanto tenía para dar y me ayudo a identificar cada uno de los valores que como “indios” tenemos…

Es doloroso ver un equipo, ese equipo aun de ella, totalmente desconcertado, buscando entre los que quedamos a esa gran líder que ya no está, siento que hemos perdido el norte y no logramos enrumbarnos de nuevo; pretendo pensar que es producto del proceso de adaptación y de la nueva etapa que estamos viviendo; por otro lado en lo personal he analizado que fuimos muy dependientes, ella era todo para nosotros y ahora nos cuesta tanto como cuando el “alijuna” (criollo) no entiende lo que queremos transmitirle…

Siento mucha nostalgia cuando recuerdo los bonitos momentos a su lado, sus magistrales clases que hacen parte de la tradición oral que nuestros “laüla” (viejos) nos han dejado; es tan distinto y las diferencias son ahora tan notorias, es como hablarle al viento, no hay aquella mirada de interés y atención hacia nuestras ideas y propuestas, ahora no existe esa retroalimentación espontanea que nos caracterizaba como ejemplo de equipos…. Al final de todo entendemos cada uno de nosotros los “indios” que la historia que esa Wayuu construyo y ese gran legado que nos dejo absolutamente nadie podrá superarlo…

No quiero cambiar la perspectiva de mi labor como Etnoeducador y Proyectista de los Pueblos Indígenas, siento miedo de perder la pasión y el amor que hasta hace días crecía en mí cuando ella me enseñaba como debía abordar cada escenario; está de más decirle a ella y decírselo a todos que soy un enamorado, un apasionado del tema indígena y creo en la Interculturalidad como lo hace ella y que gran parte de ese equipo continua en la tarea de aplicarla…

Ahora solo el tiempo, nuestra fortaleza de colectividad y nuestro trabajo seguirán siendo nuestras herramientas para conseguir demostrar que podemos sostener esta gran construcción intercultural que esa Wayuu nos dejo…”
Gracias, tawala, por permitirme publicar esto. Un reconocimiento para la amiga wayúu.

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