La Guajira, ese gran territorio ubicado entre dos países: Colombia y Venezuela. Al norte, desértico y mágico. Cuna del pueblo wayúu mayoritariamente. Es el pueblo indígena más numeroso de Venezuela.
Con esta crisis multifactorial que estamos viviendo: económica, social, política y cultural, ha traído como consecuencia toda una debacle en los usos y costumbres de un pueblo indígena que siempre se ha caracterizado por adaptarse a todo. Reyes de la resistencia o, como se llama ahora, de la "resiliencia".
El cierre de la frontera, más que una solución, es el negocio de unos pocos: los contrabandistas, los que custodian las trochas, las autoridades, los que viven en las trochas, los que comercian en la frontera, entre muchos otros. Es toda una industria que cada día suma más obreros. Las trochas son custodiadas por bandas que cobran su peaje y ellos pagan a las autoridades. Los que viven en las trochas alquilan su espacio. Los comerciantes de frontera venden su mercancía. Si las bandan se enfrentan se matan entre ellos y listo. La cosa queda ahí. Ni siquiera sale en las noticias.
¿Qué importancia tiene todo esto? Que hay niños y adolescentes implicados. Ya muchos niños dejan de estudiar y de ser niños, inclusive. El ver dinero rápido no trae cosas buenas. Trae drogas, alcohol y trae sexo.
Las autoridades simplemente deben dejar de mirar a un lado y meterse en la trocha como cualquier mortal. Ver a esos niños y niñas jugando a ser adultos, con armas al cinto, bajo efecto de sustancias y con conductas lascivas entre sí.
Lo más triste es que se empoderan de su trabajo. Si algo no entra en su canon mental de productividad comercial "trochérica" se enojan.
Este es otro mal que trae la crisis para La Guajira: niños haciendo de adultos, pero de manera negativa.
Mi opinión siempre ha sido que lo prohibido se convierte en el negocio de otros. Las crisis hacen negocios. Es una actitud muy capitalista. Hacen falta medidas más inteligentes.
Convivencias de la salud y las distintas manifestaciones culturales y etnográficas de América.
domingo, junio 09, 2019
La Guajira lucha, pero no lo logra
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Jamaya pia! Mi nombre es Angie, soy estudiante de sociología y en este momento estoy realizando mi tesis de pregrado sobre la relación medicina tradicional wayuu y medicina alijuna, con el propósito de reflexionar sobre las posibilidades y tensiones entre ambas para una salud intercultural. Por casualidad encontré tu blog y me llama mucho la atención. Me gustaría poder conversar con mayor profundidad.
ResponderBorrarEste blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
ResponderBorrar