domingo, agosto 17, 2008

El ministro de Ambiente en Perú sólo fue a mecerlos

Y es que los criollos o no indígenas siguen pensando que los hermanos y hermanas indígenas son como niños que se dejan engañar. Aquí les dejo un enlace del diario La Primera de Perú donde la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Amazonía Peruana (AIDESEP) y sus representantes señalan claramente que un funcionario del ejecutivo central, sólo fue a marearlos, como decimos acá. Otro sinónimo es “echarle Vaporub en los ojos”. Lean también las propuestas que le hicieron al ministro: y es que los pueblos están despertando. Un saludo al hermano Juan Reategui miembro de Aidesep

Fuente: La Primera.
 

1 comentario:

  1. No hay que jugar con el tema de lo Intercultural porque esto se refiere a la relación, de al menos dos culturas. antes de politizar el tema o por lo menos saber que nos escuchar debemos hacer una propuesta ya sea de algun tema que de verdad son prioridades basicas para la cominidad por ejemplo el tema de salud intercultural esto se refiere a la base programática de un modelo de atención de salud entre dos culturas que coexisten en un espacio geográfico y clínico. Podemos pensar la interculturalidad en salud como la capacidad de moverse equilibradamente entre conocimientos, creencias y prácticas culturales diferentes respecto a la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, el cuerpo biológico, social y relacional. Percepciones que a veces pueden ser incluso hasta contrapuestas (Ibacache, J & Oyarce, A.:1996)
    Estos conceptos desarrollados en contextos globalizados, también nos llama a repensar sobre las poblaciones rurales que poseen una gran riqueza de conocimientos propios caracterizados por una visión holística de la salud humana (curanderos, chamanes, parteras, etc.)
    Según estudios socio antropológicos realizados por el Ministerio de Salud (S/F), la interculturalidad en salud exige elementos para una interpretación socio-cultural en contextos heterogéneos, en el cual la cultura determinara la eficacia y /o efectividad del sistema de salud, incluso quizá sea, el principal determinante, pues todo pasa por el entramado cultural.
    Esta definición nos permite comprender las barreras existentes en la salud institucionalizada que se impone verticalmente como un modelo externo a la cultura popular, que en muchos casos decidirá el éxito o fracaso de estos programas.
    Sin embargo, los abordajes desarrollados desde el campo de las Ciencias Sociales, Médicas y desde la Salud Pública no han emprendido investigaciones que demuestren el proceso de construcción social y cultural de las enfermedades y de la atención en salud. Siendo en su mayoría estudios con un carácter simplemente descriptivo antes que interpretativos, debido a que no han desarrollado propuestas teóricas y metodológicas moldeadas dentro de una cultura dinámica de las enfermedades asociadas con variables culturales y sociales.
    Al respecto Good (citado por Planas, 1997), dice que no es simplemente la existencia de las barreras entre los modelos populares y profesional lo que limita la eficacia de las intervenciones. De manera más fundamental, el autoritarismo del modelo profesional respecto a la salud se niega a entender los constructos culturales, lo que limita el verdadero diálogo y la comunicación entre estos actores.
    En ese sentido podemos decir, que los actores rurales son concientes que los métodos “modernos” y los servicios de salud son necesarios, pero se encuentran en una disyuntiva debido a que consideran que también pueden exponerlos a riesgos desconocidos que estén fuera de su control. Estos métodos pueden generarles malestar, enfermedades e incluso la muerte, esto a la vez ha generado la falta de credibilidad y confianza en los profesionales de salud.
    En temas de salud y enfermedad encontramos un análisis antropológico, respecto a signos, síntomas y significados expresados en el lenguaje cultural del poblador rural andino.
    Las concepciones de salud enfermedad han sido profundamente afectada por la creciente interacción con la cultura urbana y la medicina occidental, surgen así nuevos temas, por ejemplo, las tensiones sinergias entre la medicina occidental y tradicional.
    El sistema comunal de salud es un sistema de representaciones, visión y reflexión del mundo de las comunidades, que se articula a los aspectos sociales, culturales y políticos de la comunidad.
    De acuerdo a esta concepción, el hombre andino se enferma cuando ocurre un desequilibrio entre la conducta y las fuerzas de la naturaleza o dioses tutelares como el wamani y la pachamama. Las enfermedades surgen cuando los individuos pierden fe en sus dioses andinos, cuando transgreden o alteran las ofrendas y ritos previstos tradicionalmente.
    La población, confía su salud exclusivamente al curandero, también alternan su tratamiento con los servicios médicos oficiales, de acuerdo a los resultados y a su capacidad económica. Algunos reconocen también, valores y recursos que no tienen la medicina tradicional.
    Esto muestra las posibilidades de una aproximación intercultural, por un lado la medicina tradicional aporta al saber de la medicina moderna y este sistema médico, a su vez contribuye a preservar, enriquecer y desarrollar al sistema tradicional.
    Los promotores de salud también tienen un prestigio al curar combinando la medicina tradicional con la moderna. Se resalta una serie de aspectos sociales, se teje una relación entre el promotores de salud y los pobladores (sobre su estructura socio económica).
    La obtención de nuevos conocimientos y elementos de curación adaptados a actividades del promotor de salud. Este avance es un encuentro entre sociedades profundamente desiguales, las comunidades y la medicina tradicional son incorporadas como una sub cultura dentro de un sistema de dominación que afecta a la cultura y sus derechos.
    Finalmente esto nos supone que las fronteras de las culturas lejos de ser rigurosas e inquebrantables, son flexibles y permeables, por la que permiten un intercambio dinámico y de doble sentido (Pederson; 1999). Sin embargo, tenemos en cuenta que el amoldamiento intercultural en la salud-enfermedad, no es tan armoniosa, pues trae consigo respuestas de resistencia en el poblador rural andino.
    Los patrones culturales utilizado en distintos contextos nos hace adoptar la propuesta de Corin: “Que en un primer momento se debe dejar de lado las definiciones profesionales de la enfermedad y centrarse en las definiciones populares de los idiomas culturales, por los cuales los procesos de salud – enfermedad son construidos culturalmente”(Citado por Planas; Ibíd.) .
    Entonces la brecha reproduce la dinámica de la inclusión y exclusión, que caracteriza al actual proceso nacional de gobierno, esto es mi opinion y ustedes que opinan?

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