Los hermanos indígenas en Latino américa aún siguen resistiendo. Algunos ya se rindieron, pero la gran mayoría sigue resistiendo. Sigue resistiendo la discriminación que aún existe en otras formas: la invisibilización en los medios de comunicación, el arresto por supuestas acciones terroristas, el despojo de las tierras por ambiciones industriales, la minimización por preferencias políticas, el desconteo oficial por razones estadísticas, la suma global, la homogeneización de leyes y políticas.
En nuestro país sigue resistiendo cuando no se ubica en un bando, cuando es despedido por mantener sus principios, cuando ya deja de ser comprado por "espejitos" o "láminas de zinc" y vota con convicción propia, cuando le dice a sus líderes que no están haciendo su trabajo, cuando sobrevive, a pesar que les lleven enfermedades mortales a su comunidad sólo por una "jornadita" política, cuando ya no permite que lo utilicen como adorno en actividades, cuando comienza a prepararse para la vida estudiando y trabajando, cuando sigue manteniendo su honestidad y honorabilidad aunque lo vean como delincuente en primera impresión, cuando sigue siendo libre en su corazón a pesar de tormentas e inundaciones o porque tiene que mendigar porque le robaron su tierra o le enseñaron que pedir es mejor, cuando sigue estudiando aunque le retrasen la beca desde el nivel central por algún burócrata que no entiende su esfuerzo ni lo aprecia.
Deja de resistir aquel que se deja absorber por la burocracia, por el quince y último, por la ambición ciega de algunos lideres y liderezas, cuando se desliga de su familia y su tierra y siente vergüenza de su sangre, cuando le parece que su atuendo tradicional es ridículo, cuando ya no habla su lengua materna, cuando irrespeta a los ancianos y ancianas, cuando deja de sentir que lo suyo tiene importancia, cuando comienza a creer que la vida en la ciudad es mejor y se olvida de su madre tierra apenas se forma como profesional o tiene un puesto de importancia, cuando se olvida de sus hermanos y hermanas al tener un "cambur" (puesto político o de poder), cuando sigue pensando que el Día de la Resistencia Indígena es para ponerse su guayuquito y pintarse la cara y servir de monigote al lado de el jefe de turno.
Cuando la persona que ejerce un nivel de autoridad, estratégico o técnico, entienda que, aún cuando somos iguales, a la vez no lo somos, que algunos están en desventaja, que las fórmulas no se pueden generalizar, que la universidad no enseña recetas para todo, que la estrategia no es cuidar el puesto o ser soldado sin cuestionar, ese día la resistencia bajará un poco.
Convivencias de la salud y las distintas manifestaciones culturales y etnográficas de América.
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